Es
innegable la relación de dependencia que poseen entre sí la comida y el
erotismo.
La humanidad ha recurrido
durante toda su existencia a trucos, recetas, juegos y sustancias por tal de
estimular este apasionante y sagrado acto conjunto. Por otro lado en muchas
culturas, las formas de amar y comer se resignan a los dictados de la religión,
mientras que en otras, esta actividad se considera inevitable para mantener la
lozanía y gozar de buena salud camino hacia la espiritualidad.
Hay que tener en cuenta
que para amar bien después de una comida, es mejor comer bien pero no
demasiado, pues la glotonería es un camino directo hacia la pesadez y el
aburrimiento.
Existen estudios que
demuestran que en las culturas basadas en el veganismo la procreación es mayor.
No es que yo quiera que mis lectores hagan crecer el índice de natalidad y
menos en un momento como este, pero ocurre que la ligereza de los movimientos
producen mucha más excitación que la energía tosca de un comedor/a compulsivo
de vacas o cerdos.
Pero, ¿dónde está la
medida exacta?. ¿Cuál es la receta que hace caer inconsciente de placer a un
amante?. ¿Sabemos los seres habitantes de este planeta comer en relación a la
actividad que vamos a desempeñar posteriormente?. ¿O quizás somos analfabetos
cuando se trata de ingerir alimento o de amar?.
Enzarzada en mis preguntas
como si fuese lo único importante en esta vida, recurrí a mi Amiga Latina Vegetariana a Veces, pues
si ya sabemos lo que ocurre en las regiones herbívoras, es normal pensar que
una mujer con la sangre caliente de una isla tropical tendría la respuesta y que
si no la tuviese lo parecería, debido a su procedencia.
Tomando una infusión de
hierbas de Orichas en la orilla de la playa una tarde de verano en la que el
sol se tornaba anaranjado como un melocotón, la Amiga Latina Vegetariana a
Veces, me advirtió:
-
“Mira mija, a mi entendel, si lo que la
gente quiere es terminal la velada, así:
Así:
O así:
Lo mejol es que te cuente la historia
del Hombre que Cocinaba Desnudo”.
-
“¿DESNUDO?”.
Exclamé
entre al asombro y la alegría.
Al percibir mi
espontaneidad, los demás seres que se encontraban en la playa admirando aquel
hermoso crepúsculo, se iban acercando sigilosamente y cada vez más próximos de
nosotras hacían sus ofrendas a base de frutas, batidos y cócteles a cambio de
una sesión de cocina erótica.
-
“Pero,¿qué
es lo que tú me estás contando?. Yo lo veo muy normal eso, no sé de qué te
asombras tanto mija, en mi país siempre se hase así, tod@s cosinamos desnud@s”.
Y con total naturalidad y
destreza, encantada de tener tanto público se soltó el cabello, tomó una
manzana roja y olvidándose de la infusión pidió además que le sirviesen un Sex
on the Beach”.
Según ella, estas Personas que Cocinan Desnudas, se
sienten en la más absoluta dicha mientras practican este arte, pero hay una
cuestión muy importante y es, saber elegir la receta más apropiada según el
amante al que se quiere seducir. Existen muchísimas según describía ella. Un
menú ejemplar y generalizado podría ser el siguiente, a elegir uno por grupo y
siempre con un buen vino como acompañante del viaje (como bien describe Isabel Allende
en su libro "Afrodita"):
BIENVENIDA Y FLIRTEOS (en verde versión vegetariana):
-
Nueces de Adán y Eva
-
Higos apasionados
-
Ciruelas frívolas
PARA
ENTRAR EN CALOR
-
Sopa dorada
-
Caldo de almejas/ sopa
rojo pasión
-
Brisa de pepinos
JUEGOS
DE AMOR
-
Pollo contento/ ardor
de verduras
-
Perdices alocadas/ nabos
calientes
-
Pavo del harén/ suflé
erótico de legumbres
HAPPY
END
-
Suspiro de banana
-
Manzanas hechiceras
-
Espuma de Venus
Pero si lo que se quiere
es sorprender de verdad a un/a amante difícil, en el acto, previamente
deberemos cocinar, el famoso Conejo
Picante:
RECETA DEL
CONEJO PICNATE
Aviso
importante: esta receta se puede sustituir por ALCACHOFAS A LA GENITAL que
explicaré en otra entrada más adelante.
Por la mañana, a primera
hora, después de tomar un buen desayuno y bien vestidos y peinados, hay que ir
al mercado a conseguir todos los ingredientes frescos:
Un conejo feliz y
ecológico, dos cebollas medianas, limones, ajo, aceite de oliva, un buen jerez
u oporto, sal marina o del Himalaya, laurel, nueces, ají molido y paprika.
Al llegar a casa, colocamos
los ingredientes en la nevera y vendamos los ojos al gato para no levantar
suspicacias, por el parecido entre los animales una vez despojados de sus
abrigos de pieles.
Nos desnudamos completamente, ponemos bossa nova, jazz o música de saxofón (excepto kenny G., que ya está muy visto) y con la cocina bien limpia y en orden abrimos la nevera para sacar los alimentos que vamos a cocinar.
Reacción
de las frutas al ver atributos del Hombre Desnudo.
Pelamos unos dientes de
ajo y nos olemos los dedos, partimos un limón y frotamos el conejo desnudo también,
con el ajo y el limón.
Ponemos el conejo troceado
a remojo sumergido en tres tazas de agua mineral con varios ajos pelados,
trozos de limón con cascara y todo, un poco de sal marina y dos hojas de laurel.
Durante dos horas. Podemos oler los dedos de nuevo mientras tanto.
Al gato ya le podemos
quitar la venda pues en porciones el animal es imposible de reconocer.
Sacamos al conejo de su
piscina y lo secamos bien sin arrastrar. Salteamos la cebolla en el aceite de
oliva y ponemos los trozos a dorar en este sofrito. Preferiblemente
en una sartén de hierro porque si el teflón emite gases suficientes como para
matar a un pájaro, no quiero ni pensar los estragos que llegaría a causar en el
de los hombres.
Cuando ya está tostado se
agrega un caldo de verduras, el jerez y las nueces molidas, el ají y la
paprika. Dejar cocer (tapado) durante una hora a fuego suave.
Citamos a la persona amada
como a las ocho de la tarde, pues una cena tardía podría provocar los incómodos
gases que espantarían al más necesitado.
Cuando mi Amiga Latina
estaba terminando de relatar aquello, media playa estaba ya sin ropa y con la
mirada expectante. Con los ojos más grandes aún que los de las frutas de la
nevera del Hombre que Cocinaba Desnudo. Algunos entraban al agua, otros salían,
otros encendían cigarrillos compulsivamente, otros tantos seguían ofreciendo
frutas y cocteles a mí y a mi amiga sin parar. El ambiente se estaba caldeando notablemente.
No así como el día, ya que comenzaba a oscurecer. Pero los seres habitantes de
la playa, no se irían de allí sin saber lo que ocurrió al final.
Al ver que la Amiga Latina
se lo tomaba con calma, los espectadores comenzaron a ponerse algo nerviosos:
-
“Bueno,
¿qué ocurre?. ¿Es que no piensas contar el final?. Necesitamos saber cómo acaba
todo esto”.
-
“¡Uy,
que desasosiego tan grande que tienen ustedes!, ¡me están estresando!. ¿Pero
qué es lo que les pasa mijo?. ¿Es que no saben que en la cocina como en el amol
las cosas tienen que hacerse despasito?. ¡Así, es que ustedes no van a il a
ningún lado!”
Y haciendo un gesto
descomplacido, prosiguió:
-
“¿Pues
qué le pasó? pues qué le va a pasal. Que con tanto conejo en la cabeza como
tenía aquel hombre, se le olvidó la vestimenta y abrió la puelta a su amada desnudico
como Dios lo trajo al mundo. Y al verlo así ella se asustó, claro, porque
pensaba que era un trastolnado sexual y se marchó corriendo. ¡Pues que
esperaban mi amol!”.
Una vez comprendido
aquello, los impacientes comenzaron a vestirse y a disiparse con frustración y
quejas. La luna salió y mi amiga acabó la jornada diciendo:
-
“Mija,
yo no entiendo cómo la gente quiere il tan aprisa pol el mundo, si eso no trae
más que disgustos e infertilidad. Si un@ quiere que las cosas le salgan bien,
tiene que il pol pasos, la vida es como una receta de cocina, si te descuidas un
momentico se te quema el asunto y ya después nada sabe igual”.
ji ji ji!! pues anda que no se les ha quemado el conejo a más de uno por querer mojar el pan antes de hacer la salsa!! Que buena eres Mo!! viva tu imaginacion........promete que aunque en breve estes muy ocupada, seguirás escribiendo de vez en cuando!!!
ResponderEliminarPROMETIDO...¡¡¡ ;-)
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