Cuando decidimos comenzar a cuidar nuestro cuerpo desde
el interior, es decir, a través de una dieta sana, nos enfrentamos a toda una
serie de circunstancias con metas, a veces, casi imposibles de alcanzar. Y
además corremos el riesgo de abandonarnos a la bebida o a las hamburguesas y
las patatas fritas, como poco, si fracasamos en el intento.
Una vieja
amiga, ama de casa, casada y con dos hijos me contaba una vez que tuvo que
renunciar a toda clase de actos saludables, porque incluso en el propio hogar
su familia había puesto un candado en la despensa donde almacenaba todos sus
productos sanos. Con el propósito, no tan sano, de que se limitase a elaborar
platos artificiales mezclando principalmente: mejunjes grasientos,
conservantes, organismos modificados genéticamente y colorantes sintéticos,
entre sí.
En ese
preciso momento ella supo que había llegado LA INQUISICIÓN.
Escudo que llevan
tatuado los inquisidores en nalga derecha.
Este
tipo de Amigas Asustadas pero
seducidas por sus propias teorías convenientes, escapan tarde o temprano hacia
la casa de sus padres para evitar ser quemadas, ella y sus libros prohibidos,
en la hoguera.
Una
vez instalada en un nuevo domicilio y restablecida su integridad física y
moral, la hereje, reanuda su andadura hacia la difusión de sus ideas heréticas:
monta un laboratorio macrobiótico en el sótano, visita tiendas biológicas,
vuelve a llenar una nueva despensa con semillas y cereales de todo tipo, compra
carne de animales alimentados felices y cocina verduras cultivadas libres de
transgénicos y de insecticidas.
Amiga asustada en huerto ecológico (de espaldas para no ser reconocida).
Su vida
vuelve a cobrar sentido y dispuesta a propagar sus teorías e hipótesis del mundo
de lo saludable por doquier comienza a escribir artículos sobre las frutas y
verduras, impartir clases sobre nutrición, viajar a otros países en busca de la
dieta perfecta y apadrinar un huerto ecológico en el norte del país,
concretamente en Logroño. Una ciudad muy peligrosa teniendo en cuenta que
durante la Caza de Brujas (allá por
el mil seiscientos y algo) se ejecutó a varias personas acusadas de brujería
durante el conocido Proceso de Logroño.
LOS MULTIPLES RIESGOS DE SER SAN@
Cuenta que una vez, impartiendo uno de sus talleres en
Logroño, algunos de sus alumn@s más reaccionarios y también algo
indisciplinad@s, comenzaron a volcar sobre ella diversos insultos e improperios
ante el desacuerdo de las teorías de la enseñante amiga. Y a mi parecer,
además, algo influidos por los acontecimientos históricos anteriormente
mencionados. Le dijeron cosas tan terribles como:
- “¡VEGETARIANA!’’.
- “¡MACROBIÓTICA!’’.
- “¡HIGIENISTA!”.
- “¡BRUJA!”.
Y a continuación comenzaron a lanzarle las típicas
hamburguesas, perritos, patatas fritas, donuts glaseados y trozos de pizza
margarita.
Objetos que se lanzan en casos graves de inconsciencia popular.
Ella
que siempre iba armada (por si acaso) y al verse envuelta en tan desagradable
capítulo, reaccionó de la manera más sana. Aún con toda su ropa de fibras
naturales manchada de grasa y kétchup adictivo y a punto de llorar, sacó un
plátano macho enorme de su bolso de lana de oveja y con gran valor gritó:
-“Si no dejáis de
atacarme, pelo el plátano aquí mismo y me lo como delante de vosotros’’.
A lo
que el foro, viendo que la amenaza se intuía perfectamente demostrable y ante
el temor de presenciar algo que para ell@s era un acto impúdico y repugnante,
se silenció de repente, y entre la expectación y el desprecio, se quedaron por
un largo instante mirándose enfrentados. En silencio. El foro y ella. Ella y el
foro. Y en un acto histórico y casi heroico, apretó fuertemente el plátano con
su mano izquierda en lo alto y levantando la mirada hacia el cielo, gritó:
-“¡A DIOS PONGO
POR TESTIGO, QUE JAMÁS VOLVERÉ… A LOGROÑO!’’.
Fue
así como se dio cuenta de que hay determinados grupos de población insaciables,
adormecidos e inconscientes que viven inmersos en el mundo tóxico y
superficial, por lo que hay veces que es mejor no predicar en el desierto y
plantar nuestras cosechas en un lugar menos árido.
Aprendida la lección, cosa
que nos ha de servir a tod@s y para no redimir del asunto, son fundamentales
tres cosas: mantener la calma, no ilusionarse con proyectos inalcanzables y lo
que es más importante no ver la televisión entre horas.
ah bien, ya se como se publican los comentarios... es aquí chic@s...¡¡¡
ResponderEliminar