jueves, 24 de noviembre de 2011

LA COMIDA SANA. UN SUBMUNDO PELIGROSO

COMIDA SANA VERSUS INQUISICIÓN


Cuando decidimos comenzar a cuidar nuestro cuerpo desde el interior, es decir, a través de una dieta sana, nos enfrentamos a toda una serie de circunstancias con metas, a veces, casi imposibles de alcanzar. Y además corremos el riesgo de abandonarnos a la bebida o a las hamburguesas y las patatas fritas, como poco, si fracasamos en el intento.

Una vieja amiga, ama de casa, casada y con dos hijos me contaba una vez que tuvo que renunciar a toda clase de actos saludables, porque incluso en el propio hogar su familia había puesto un candado en la despensa donde almacenaba todos sus productos sanos. Con el propósito, no tan sano, de que se limitase a elaborar platos artificiales mezclando principalmente: mejunjes grasientos, conservantes, organismos modificados genéticamente y colorantes sintéticos, entre sí.

En ese preciso momento ella supo que había llegado LA INQUISICIÓN.

Escudo que llevan tatuado los inquisidores en nalga derecha.



Este tipo de Amigas Asustadas pero seducidas por sus propias teorías convenientes, escapan tarde o temprano hacia la casa de sus padres para evitar ser quemadas, ella y sus libros prohibidos, en la hoguera.

Una vez instalada en un nuevo domicilio y restablecida su integridad física y moral, la hereje, reanuda su andadura hacia la difusión de sus ideas heréticas: monta un laboratorio macrobiótico en el sótano, visita tiendas biológicas, vuelve a llenar una nueva despensa con semillas y cereales de todo tipo, compra carne de animales alimentados felices y cocina verduras cultivadas libres de transgénicos y de insecticidas.


Amiga asustada en huerto ecológico (de espaldas para no ser reconocida).

Su vida vuelve a cobrar sentido y dispuesta a propagar sus teorías e hipótesis del mundo de lo saludable por doquier comienza a escribir artículos sobre las frutas y verduras, impartir clases sobre nutrición, viajar a otros países en busca de la dieta perfecta y apadrinar un huerto ecológico en el norte del país, concretamente en Logroño. Una ciudad muy peligrosa teniendo en cuenta que durante la Caza de Brujas (allá por el mil seiscientos y algo) se ejecutó a varias personas acusadas de brujería durante el conocido Proceso de Logroño.


LOS MULTIPLES RIESGOS DE SER SAN@

Cuenta que una vez, impartiendo uno de sus talleres en Logroño, algunos de sus alumn@s más reaccionarios y también algo indisciplinad@s, comenzaron a volcar sobre ella diversos insultos e improperios ante el desacuerdo de las teorías de la enseñante amiga. Y a mi parecer, además, algo influidos por los acontecimientos históricos anteriormente mencionados. Le dijeron cosas tan terribles como:

- “¡VEGETARIANA!’’.

- “¡MACROBIÓTICA!’’.

- “¡HIGIENISTA!”.

- “¡BRUJA!”.

Y a continuación comenzaron a lanzarle las típicas hamburguesas, perritos, patatas fritas, donuts glaseados y trozos de pizza margarita.


Objetos que se lanzan en casos graves de inconsciencia popular.

Ella que siempre iba armada (por si acaso) y al verse envuelta en tan desagradable capítulo, reaccionó de la manera más sana. Aún con toda su ropa de fibras naturales manchada de grasa y kétchup adictivo y a punto de llorar, sacó un plátano macho enorme de su bolso de lana de oveja y con gran valor gritó:

-“Si no dejáis de atacarme, pelo el plátano aquí mismo y me lo como delante de vosotros’’.

A lo que el foro, viendo que la amenaza se intuía perfectamente demostrable y ante el temor de presenciar algo que para ell@s era un acto impúdico y repugnante, se silenció de repente, y entre la expectación y el desprecio, se quedaron por un largo instante mirándose enfrentados. En silencio. El foro y ella. Ella y el foro. Y en un acto histórico y casi heroico, apretó fuertemente el plátano con su mano izquierda en lo alto y levantando la mirada hacia el cielo, gritó:

-“¡A DIOS PONGO POR TESTIGO, QUE JAMÁS VOLVERÉ… A LOGROÑO!’’.

Fue así como se dio cuenta de que hay determinados grupos de población insaciables, adormecidos e inconscientes que viven inmersos en el mundo tóxico y superficial, por lo que hay veces que es mejor no predicar en el desierto y plantar nuestras cosechas en un lugar menos árido.

Aprendida la lección, cosa que nos ha de servir a tod@s y para no redimir del asunto, son fundamentales tres cosas: mantener la calma, no ilusionarse con proyectos inalcanzables y lo que es más importante no ver la televisión entre horas.




1 comentario:

  1. ah bien, ya se como se publican los comentarios... es aquí chic@s...¡¡¡

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