martes, 28 de febrero de 2012

UN MES SIN CARNE


Hace unos días, navegando por internet entre todas esas deliciosas recetas sobre cocina vegetariana descubrí una iniciativa puesta al servicio de l@s los bloger@s titulada: MES SIN CARNE.

Siendo Marzo el mes elegido para practicar el noble y difícil arte de cuidar nuestro cuerpo y nuestro entorno. Todo el que quiera participar debe inscribirse y mandar sus entradas en relación con el aún desconocido mundo del vegetarianismo/veganismo.


Logo de la iniciativa

Después de esto, no pude evitar pensar en lo difícil que resulta a veces moverse en este submundo sin ser criticado, burlado o incluso vilipendiado. En todas las reuniones, algún alma aburrida siempre deja caer un chiste o una gracia tras de otra, bajo la justificativa coletilla de: “¡Jo tía, es una broma!”.

Pero como decía mi abuela, una mujer centenaria y sabia, una broma deja de serlo cuando se repite más de tres veces.

Así que, esto es lo que parece que hay de momento: Un primer mundo dominado por inconscientes bromistas y un submundo minoritario poblado de seres consecuentes que ríen por no llorar.

Como mi amiga Flora.

Flora es una mujer hermosa, esbelta, con la piel tersa y pálida como una margarita. Ligera como la Diosa Artemisa y amable y cariñosa con todos los seres vivos. Delante de su cocina, despertaba tanta fascinación como un vals bailado a la luz de las estrellas. Un buen día decidió que su forma de vida era poco menos que una religión y que solamente se casaría con un hombre vegetariano o vegano o ambas cosas. Y con nadie más. ¡Y punto!.

Decidido esto, mientras los años continuaban pasando fieles al calendario, leal a su determinación, seguía rechazando pretendiente a pretendiente pues su estilo de vida no era ni oportuno, ni adecuado, ni conveniente. ¡Y punto!.

Mi amiga continuaba su vida con el mismo entusiasmo de siempre. Paseaba por los mercadillos en busca de fruta y verdura fresca, investigaba a cerca de nuevos ingredientes, elaboraba sabrosas recetas mientras entonaba alegres cancioncillas, ofrecía asesoramiento, clases de cocina y conferencias sobre vida sana. Y escribía diariamente en su blog titulado:  Soy vegana ¡y punto!.

Un buen día, invitaron a Flora a dar una charla en uno de los gimnasios más conocidos de la ciudad. Aquello supuso un gran reto para nuestra Artemisa, cosa que le encantaba pues era valiente y decidida.

Se dispuso estudiar a la población a la que se había de enfrentar en su hábitat natural. Resolviendo apuntarse para recibir algunas clases y por qué no, acudir también a la sala de fitnes, pues era allí donde actuaba la famosa tribu de los Comedores Compulsiv@s de Carne.

Esta etnia habitaba en la parte superior de la nave y desde allí levantaba pesas sin parar para conseguir transformar sus cuerpos en verdaderos titanes. A Flora aquel ambiente cargado de testosterona atrofiada le horrorizaba y con su delicado olfato podía percibir el olor a carne sudorosa que se filtraba a través de los poros de los forzudos.

Pero permanecía allí fiel a sus objetivos y contenta por conseguir información de primera mano.

Un día, un joven titán que practicaba un curl con ambas manos, al verla pasar, se quedó pasmado ante tanta luz y belleza. No estaba habituado a percibir un tipo de elegancia de tal magnitud y las dos pesas se le cayeron al suelo de súbito.

Inmediatamente supo que tenía que conquistarla y se le acercó con suavidad y educación.

-      “Hola, ¿vienes mucho por aquí?, nunca te había visto antes. Fauno, me llamo Fauno”. Y le extendió su mano.

-      “Mi nombre es Flora. No vengo mucho. Qué nombre tan extraño tienes ¿A qué se debe?”.

-      “¡Ah!, es por la Fauna… la fauna y la flora, ya sabes, como fui niño, pues me pusieron Fauno. A mi padre le encantan los animales. Comérselos. ¡Ja, ja, ja!. ¡Nooo, es broma!. Ven te enseñaré las instalaciones”.

Ella se sintió inmediatamente atraída hacia el chico, pero no le cuadraba lo del nombre y antes tendría que someterle a un riguroso examen, pues si no era una persona sana y consecuente no tendrían posibilidades de un futuro juntos.

Al poco tiempo de verse en el gimnasio concertaron una cita. Fauno invitó a cenar a Flora a un restaurante vegetariano, pues esa fue la condición que ella le puso a él.

El chico nunca había estado en ningún lugar de tales características pues normalmente se alimentaba de carne, pescado y cualquier cosa que compraba en el mercado sin pararse a pensar, creyendo que por levantar pesas a diario su vida ya era saludable.

Pero lo que Fauno quería de verdad era conquistar a la joven gacela, como fuese, aunque tuviese que simular que ese tipo de comida le encantaba.

-      “¿Qué van tomar?”. Preguntó la camarera.

-      “De primero una sopa agri-picante pequinesa y luego unas albóndigas de avena y shitake con salsa de tomate y coco.  Para beber un zumo de pera con jengibre”. Respondió Flora.

-      “Muy bien. ¿y usted?”.

-      “Yo… Tomaré lo mismo, gracias”.

De momento la cosa iba bien, ella no sospechaba nada, así que comenzaron a saborear los humeantes y nutritivos platos. Flora estaba embriagada por los aromas y se sentía dichosa por poder compartir con un hombre la mayor de sus pasiones.

-      “¡Oh, ummm…! ¡qué buena está!, cómo me gusta ver los brotecitos de soja flotando en el plato”. Y sonreía encantada.

-      “¡Oh, sí, está buenísima!. Claro la soja ¡cómo flota!”.

Al tercer sorbo, Fauno tuvo que fingir un ataque de tos, pues su propio cuerpo rechazaba aquellos sabores a verduras con a saber qué.

-      “¿Estás bien?”.

-      “Si, digo no, es que me ha dado un ataque de tos, voy al aseo, enseguida vuelvo”.

Ya en la intimidad, el joven aventurero, no podía creer lo que había llegado a comer, una sopa extrañísima llena de verduras, ¡por Dios qué asco! ¿Y qué iba a ser de él el resto de la velada?. Intentó tranquilizarse para poder volver junto a ella. Se lavó la cara, se mentalizó y dispuesto a probar el segundo plato tal que un experto, se sentó en la mesa junto a su amada.

Flora continuaba disfrutando con el segundo plato, casi tanto o más que con el primero:

-      “¡Oooh, qué ricura, mmm, qué maravilla! ¿no te parece?. Las shitake son tan exóticas”.

¿Qué iba a opinar el falso especialista si el único ingrediente de aquellos que había comido alguna vez era el tomate?.

-      “¡Oh sí, excelente, las shitake, ¡qué graciosas!”.

Hasta el final de la velada nuestro joven cazador tuvo que reprimir su instinto más agresivo de comer carne. Tanto fue así que cuando llegó a su casa abrió la nevera y atacado por el síndrome de abstinencia sacó una enorme hamburguesa doble que le quedaba del día anterior y sin calentarla, la engulló. Directa al estómago y a la sangre. Sin respirar. Y sintió un alivio inmenso.

Al poco tiempo de fingir este arte, Fauno y Flora ya eran novios. Ella se sentía feliz pues creía haber conseguido lo imposible. Un hombre que la amaba y además con principios. Pronto se había embarcado en un nuevo proyecto de cocina vegetariana oriental e investigaba casi a diario utilizando a un complaciente Fauno como conejillo de Indias.

El joven había aprendido a escupir la comida al gato de Flora cada vez que ella se daba la vuelta o se despistaba mirando las plantas de su jardín (pues no tenía televisión. En casa de Flora no se utilizaban esos aparatos contaminantes). De modo que ella seguía en la más absoluta ignorancia mientras Fufú se convertía poco a poco en el más fiel admirador de la nueva aventura de su dueña.


Fufú degustando sushi. Encantado con la experiencia.

Pronto, la joven vegetariana decidió participar en un concurso de cocina macrobiótica y animada por su novio emprendió la búsqueda de nuevos y exóticos ingredientes.

Mientras tanto Fauno desahogaba sus penas en el supermercado comprando kilos y kilos de carne de la más roja.

Un día, lo vio entrar en la tienda y tan feliz por haber encontrado vinagre de arroz a un precio irrisorio lo siguió para compartir su entusiasmo.

-      “¡Cariño, cariño!. Hola cariño te he visto entrar y… quería decirte que he encontrado… ¿qué estás haciendo? ¿qué es eso? ¿carne? ¿de animal?. Pero ¿cómo has podido?”. Y se echó llorar.

-      “Yo… ¡esto no es lo que parece, te lo puedo explicar!”.

-      “¡Y un rábano! Estás comprando carne. ¡Me has engañado!”.

Flora se fue a casa a continuar con su desconsolado llanto. Había sufrido un desengaño horrible del que jamás se iba a poder recuperar. Toda su ilusión se había venido abajo. Ya nunca podría confiar más en ningún hombre. Al menos en ninguno que fuese a un gimnasio.

Ni cientos de disculpas en el contestador, mensajes de correo electrónico o ramos de espinacas con coles de Bruselas con tarjeta de papel reciclado, pudieron calmar la pena que sufría.

Hasta que un día del mes de marzo Fauno le escribió una carta que realmente la conmovió.

“Querida Flora, nunca antes había conocido a nadie como tú, de no ser por ti hoy no conocería los beneficios de una dieta sana, ni sentiría compasión por los animales. Te escribo desde una Clínica de Desintoxicación de Carnívoros Anónimos. Permaneceré aquí un tiempo. Estaré un mes sin carne. Cuando salga me gustaría volver a verte y que me perdonases. He sido un mentiroso y lo sé. Pero ya no volveré a hacerlo. La carne me ha hecho hacer y decir cosas que en realidad no sentía. Lamento haberte tratado así. Te quiere Fauno.

PD: he decidido cambiar mi actual nombre por el de Floro. Creo que es más acorde con mi nueva vida”.

Un año después Flora y Floro se casaron en una ermita alejada del mundanal ruido y a sus asistentes los cuidaron como a ellos mismos les gustaría ser tratados. En el banquete no hubo carne, ni pescado, ni grasa animal, ni ninguna sustancia o ingrediente que suscitase el más mínimo síntoma de dependencia.

Y fueron felices para siempre y comieron hamburguesas de soja con tofu.


¡Equilicuá!

sábado, 25 de febrero de 2012

YO, MACHO ALFA


El trabajo dignifica cuando la dignidad existe”.
Leí esta frase en forma de grafiti una noche de camino a casa al volver de pasear con mi perro.

¿Qué cómo lo leí si era de noche? aún sale luz por las farolas, los ayuntamientos todavía no la han cortado. ¿Qué raza es mi perro?, pues es un perro de trabajo, un pastor, un salvador de vidas. Cazador, buceador, cariñoso, listo, inteligente, aprende rápido, corre, salta, ríe, baila, vuela, come y ladra poco, es silencioso y muy muy obediente. ¡Vamos un todoterreno!.

Es justo el modelo de animal que todo empresario desea tener trabajando para él. Y si es macho mejor.


Si esto último es cierto y haciendo un repaso por la estadística no lo acabo de entender del todo, pues si las mujeres cobramos un 22% menos que los hombres por desempeñar la misma tarea, los señores empresarios se ahorrarían mucho dinero contratando solamente a mujeres ¿no?.

Pero claro, ¿Dónde pondrían a los hombres? ¿Y bajo qué tipo de engaño los relegarían de sus puestos? ¿Tragarían ellos lo mismo que algunas mujeres creyeron que podrían mantener la llama del hogar encendida al mismo tiempo que lograr el éxito en sus carreras?. ¿Es digna esta desigualdad conocida? ¿Y la desconocida, por qué no sale en las encuestas?.

Este es un tema denso, amplio y marcado de importantes carices culturales, conveniencias políticas, etc., etc., etc., y muchos etcéteras más.

Merecería seguramente un serio análisis, pero no os preocupéis, sé perfectamente a lo que habéis venido. A conocer los hechos. Pues os relataré con mucho gusto y al máximo detalle lo que presencié en primera persona durante todo el periodo en que se extendió esta investigación.


EL MACHO ALFA

Conocí a Macho Alfa en una feria de importación y exportación de productos para mascotas. Era el Gerente de una de las mayores empresas dedicada a estos menesteres. Paseaba por la feria trajeado de Armani, cabello engominado, Tablet de Apple y con buena documentación para leer en los tiempos muertos, pues no podía dejar un segundo de estar activo ya que su reputación así lo exigía.

Ejemplar de interesante libro:
“Las Memorias de Don Macho Alfa”

Lideraba el sector comercial en una empresa de más de cinco mil empleados y su sueldo anual ascendía a 545.000 euros. Tod@s lo admiraban y le seguían como al líder de la gran manada. Tenía un eficaz equipo que le sacaba el trabajo duro mientras él se dedicaba a realizar las labores de comunicación y del establecimiento y desarrollo de importantes contactos.

Una mañana, mientras se afeitaba, desde la ventana de su enorme y lujoso baño percibió cómo una especie de asteroide aterrizaba forzosamente en la parte trasera de su jardín causando un enorme impacto y un fuerte y sonoro estruendo.

Aquel cuerpo extraño emitía un resplandor violeta-azulado. Era como una luz intensa y brillante que emanaba desde el corazón de la inmensa roca.

Al ver aquel fantástico mineral Macho Alfa se acercó y con la curiosidad de un felino extendió su mano para tocarlo. Nada más poner sus dedos sobre la gran roca violeta, una intensa energía recorrió todo su cuerpo de arriba abajo sin dejar una sola fibra, célula o músculo, sin envolver.

De repente cayó al suelo embriagado por aquella energía violácea y transformadora, y totalmente inconsciente permaneció allí durante varias horas hasta que despertó.

Creyendo que había sido un mal sueño continuó con su higiene matutina, se desprendió de su bata y antes de meterse en su hidromasaje sintió la necesidad de vaciar su vejiga.

Al ir a sostener su pene para orinar se dio cuenta de que no lo encontraba. Intentó varias veces el mismo movimiento medio atolondrado por el fuerte impacto antes sufrido. Pero nada. Su falo no aparecía. Bajó su mirada hacia la poderosa zona y no vio lo que esperaba, luego se miró en el espejo y tampoco lo vio. Así varias veces mirando abajo y al frente sin ver nada hasta que de repente gritó:

-      “¡¡¡ NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO… !!!”.

Era terrible, incomprensible, inaceptable y todas las palabras terminadas en able. Era el caos. El desastre. El fin del mundo. Macho Alfa en lugar de pene tenía ahora una vagina y no sólo eso, también unos enormes pechos, el pelo largo hasta los hombros y las caderas ensanchadas. Esto era realmente horrible, ¡Por Dios!, ¡Una mujer!.

-      “¿¿¿ SOY UNA MUJEEER ???. ¡¡¡ DIOS MÍO SOY UNA MUJER !!!.
   ¡¡¡ NOOOOOOOOOOO, DIOS, NOOOOOOOOOO !!!. ¿PORQUE YO?, CUALQUIER COSA MENOS UNA MUJER, YO QUE SÉ, UN PERRO, UN GATO, HASTA UN HURÓN, ¿PERO UNA MUJER?,
    ¡¡¡ NOOOOOOOOooooooooooooooooo…!!!”.

Aspecto de Macho Alfa después de la transformación.




LA MUJER ALFA, BETA, GAMMA, DELTA, EPSILON, Y
TODAS LAS LETRAS DEL ALFABETO GRIEGO.

Después de visitar a médicos y psiquiatras de todo el mundo y vencer una grave depresión a base de fármacos. Una mañana leyó algo en su periódico favorito que le hizo reaccionar: “Se ofrece puesto de Gerente para importante empresa en el sector de la alimentación canina. Ingresos más incentivos superiores a 500.000€/mes. Candidatos diríjanse a la C/ Desigualdad, nº1. El día veintidós de febrero (Día de la Igualdad Salarial) a las 10'10horas”. Tremenda contradicción, pero así fue.

-      “¡Pero si es mi puesto de trabajo!”. Exclamó entre el asombro y la indignación.

Ante aquello Macho Alfa con Cuerpo de Mujer decidiendo que era un atropello y con muchas ganas de continuar dando de sí lo mejor. Se dispuso a competir por su propio puesto.

En la sala de espera, los candidat@s, un varón y siete mujeres con excelentes curriculums tod@s ell@s, aspecto impecable y grandes aptitudes para el puesto, se miraban unos a otros desconfiados. Mientras Macho Alfa con Cuerpo de Mujer se decía para sus adentros:

-      “¡Já!, un solo hombre, seguro que lo cogen a él, ¡Machistas!”.

Ya en el interior del despacho del Director General, expuso con soltura todas sus experiencias curriculares, enmascarando el nombre de la empresa por otro similar pues nadie podría creer jamás la historia de transformación vivida por él.
-      “Bien Señorita…”. Comenzó el director.

-      “¿Señorita?”. Pensó. ”¿Por qué demonios me baja de categoría?, antes me llamaban Señor y ahora señorita. Ita, ita, como si fuese algo ridículo. ¡Vaya menosprecio!”.

-      “Hemos leído su currículum y es excelente, sin duda el mejor de todos los que han pasado por aquí. Sin embargo, debo decirle, que este puesto está pensado para un hombre y no para una mujer”.

-      “¿¡¿CÓMOOOO?!?. Quiero decir: ¿Cómo dice Señor?, no le acabo de entender”.

-      “Es muy sencillo, nuestra empresa es una institución tradicional y no cree que una mujer esté capacitada para desarrollar un puesto tan importante”.

Intentando mantener la calma ante semejante humillación Macho Alfa con Cuerpo de Mujer decidió insistir para lograr convencer al Director.

-      “Lo siento Señor Director, pero no estoy en absoluto de acuerdo con su conclusión”.

-      “¿Cómo dice Señorita?, no la he escuchado bien. Quiero decir: ¿¡¿CÓMOOOO?!?”.

-      “Es muy sencillo, yo tengo el mejor currículum de tod@s l@s condidat@s que han pasado por aquí, la mejor formación académica, cinco idiomas más que el resto, una importante cartera de clientes y los mejores contactos políticos y financieros de todo el país, no estoy casada ni tengo hij@s, disponibilidad absoluta las veinticuatro horas del día y para viajar, una capacidad de liderazgo inigualable y un carácter implacable a la hora de derribar convenientemente a la competencia. ¿Y me dice usted que no valgo para el puesto porque me baja la regla?”.

-      “Bueno señorita, no se altere, ¿Acaso está usted con el período?. ¡ja, ja, ja!. Es una broma. Pero ¿ve usted?. Eso es lo que esta empresa no tolera. No queremos un Gerente emocional. Lo que queremos es…”.

-      “¡Espere, espere, Señor director!. Hágame una prueba durante un mes. Sólo un mes, y si perciben algún tipo de emoción o sentimiento humano por mi parte, el más mínimo, entonces no me den el puesto”.

-      “Me está usted convenciendo, pero le pondremos una cámara las veinticuatro horas del día para ver que efectivamente usted no tiene sentimientos ni emociones. Pero sepa que nada de incentivos y que sobre la base se la aplicara una reducción del veintidós por ciento”.

-      “¿Nada de incentivos? ¿Un veintidós por ciento menos?, bueno por un mes no pasaría nada, eso se quedaría en unos 390.000 euros al año. Bueno lo soportaré, entiendo que es una prueba y…”.

-      “No, señorita, no lo ha entendido, nada de incentivos y un veintidós por ciento menos. ¡Siempre!”.

-      “¿Siempre?, ¿Por qué siempre?”.

-      “Porque es usted una mujer. ¡Ja, ja, ja, ja, ja!. Lo comprende ¿Verdad?”.

-      “¡Si claro que lo comprendo!. Comprendo que es usted un caradura, un manipulador, un gordo…”.

-      “¿Un gordo?”.

-      “Un gordo pez o un pez gordo, o como se diga, ¡qué más da!, es usted un, un machista y un ladrón. Y que sea la última vez que me llama señorita. Y que sea la última vez que se ríe usted de mí en mi cara y de mi feminidad. Y como se le ocurra bajarme el sueldo…”.

Y sacándose un trozo de piedra violeta del bolso.

-      “¡Pues sí se lo voy a bajar, es más no la vamos a contratar, ni le vamos a hacer la prueba, ni nada!”.

-      “¿Ah sí?, ¡pues pruebe un poco de esto, a ver qué le parece!”.

Y restregándole la piedra por todo el cuerpo. El señor director pasó en pocos minutos a ser la Señora Directora.

-      “¡Oh, cielos!, ¿Qué me ha hecho usted? ¿Soy una mujer?. ¡¡¡Dios mío noooooooooooooo!!!. Cualquier cosa menos eso, ahora me bajarán el sueldo, me relegarán del puesto, querrán ligar conmigo, me harán mobbing, se reirán de mi si descubren un tampax en el bolso y me costará la vida entera adquirir un ascenso.
¡¡¡ NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOooooo…!!!”.


UN AÑO MÁS TARDE

Macho Alfa con Cuerpo de Mujer se afilió en la asociación feminista más famosa de la ciudad convirtiéndose en la mano derecha de su Presidenta. Utilizó la información de sus contactos políticos y con esto consiguieron crear un cuerpo de investigación en empresas y ante cualquier irregularidad, se les cobraba importantes sumas a modo de multa (cosa que encantó a la UE pues con esta medida se logró salir de la recesión). Todo el mundo reconocía su trabajo.
Señor Director con Cuerpo de Mujer se casó y tuvo tres hijos. Era amo de casa y cuidaba del hogar teniendo que olvidar por completo su carrera pues su marido y sus hijos así lo exigían. Una tarde al mes, si conseguía convencer a su pareja y dejar a los hijos con la abuela, se iba a jugar a las cartas con la vecina del quinto. Su vida era aburrida y deprimente y lo peor era que estaba metida en un círculo vicioso depresivo que le restaba las fuerzas para luchar por sí mismo. Nadie reconoció nunca su trabajo.


SI, ES CIERTO:
EL TRABAJO DIGNIFICA CUANDO LA DIGNIDAD


 EXISTE.
;-)

martes, 21 de febrero de 2012

¡ ESTO ES LA LECHE !


Un níveo y virginal Tetrabrik de Leche de Vaca se disponía a salir de paseo en busca de consumidores a quien seducir.

Aquella mañana frente al espejo, perfiló sus ojos claros con un lápiz apenas visible y sus rosados labios con un discreto carmín.

Un maquillaje imperceptible la dotaba de una imagen casi pura. Y vestida de blanco con leves adornos rosados, como era su costumbre, se encaminó hacia su excursión diaria.

-      “¡La, lará, larita
soy una lechita
muy muy blanquita”.

Cantaba la Tetrabrick de Leche por la calle mientras daba graciosos saltitos al compás de su son.

Por el camino se encontró con su más fiel admiradora e inseparable amiga Galleta con Trocitos de Chocolate. Tetra y Galleta eran íntimas desde que María (la madre de todas las galletas) presentó a ambas un buen día en el colegio. Desde entonces fueron inseparables compañeras de “inocentes” y “saludables” juegos.
 
Imagen de Tetra un día cualquiera de paseo matutino
junto a su simpática amiguita.


Juntas y de la mano entraron en la tienda de comestibles más grande de la ciudad. Por la puerta grande y bajo la atenta y enternecedora mirada de todos los compradores, Tetra y Galleta fueron atendidas como merecían. El gerente del Supermercado las obsequió con un amable gesto invitándolas a entrar en su despacho donde negociaron tranquilamente el próximo pedido de envases de leche y cajas de obleas, así como su precio en el mercado.
Seguidamente y al compás de su cancioncilla las dos amigas entraron en un Restaurante con la misma suerte.

-      “¡La, lará, larita
soy una lechita
muy muy blanquita
con mucha suertecita!”.

Después de aquello las dos amigas se encaminaron hacia los hogares esperando obtener los mismos resultados. Y tras visitar a tod@s l@s vecin@s salieron cantando su adorable melodía:

-      “¡La, lará, larita
soy una lechita
muy muy blanquita
con mucha suertecita
y mucho dinerito!”.

Tetra y Galleta pensaron que, tal vez, serían acogidas de la misma manera en todos los comedores escolares. De camino hacia allí, con el inocente júbilo que las caracterizaba, se encontraron de súbito con dos fuerzas opositoras. Algo impensable para ellas pues hasta ahora todo habían sido bienvenidas, aplausos y demostraciones de amor incondicional.

Leche de Soja y Leche de Avena se encontraban en la puerta de uno de los colegios más populares de la ciudad jugando a los cromos mientras esperaban ser objeto de una degustación. Al ver a las castas amigas, Soja y Avena se miraron. A lo que Tetra y Galleta al ver a las dos desconocidas se miraron también. Y entre mirada y mirada, sin saber qué decir ni qué hacer allí se quedaron largo rato las cuatro. Mirándose.

Once miradas más tarde Leche de Avena decidió romper aquel paréntesis exclamando:
-      “Pero bueno, ¿qué leches pasa aquí?. ¿Es que nadie va a decir nada?”.

-      “¡Si, sí, yo hablaré!”. Contestó Leche de Soja. Y continuó dirigiéndose a la Leche de Vaca en Tetrabrick:

-      “Así que tú eres la famosa Tetra, ¿no?”.

-      “¡Ahá!. Esa soy yo”. Afirmó con su característica inocencia.

-      “Y supongo que habéis venido a lo mismo que nosotras. ¿NOOO?”. Pregunto Soja desencadenando con aquello una leve tensión.
Leche de Soja, Leche de Avena y otras amigas como Almendra o Arroz se vieron arrinconadas cruelmente durante largos años teniendo que vivir en la oscuridad, mientras que Tetrabrick de Leche de Vaca era considerada una Diosa Griega en el mundo de la alimentación. Así pues, era comprensible que al ver a la parejita de virginales amigas, las otras dos se sintiesen incómodas e incluso envidiosas por su privilegiada situación.
Ante la tirantez producida y dado que era la más fiel admiradora de Leche de Vaca, Galleta de Chocolate decidió entrar en juego:

-      “Bueno, en realidad no tenemos que esperar en la calle. A nosotras nos invitan a entrar directamente. Tenemos cita con la Directora dentro de un ratito”.
Esta realidad exasperó a Leche de Avena:

-      “Oye niñata. ¿A ti nunca te han metido una galleta?”.

-     “¡Oh cielos!. Y se puso a gritar con una voz aguda y estridente capaz de romper los tímpanos a cualquiera. ¡SOCORROOO, ME ESTÁN ACOSANDOOO!”.

-      “¡No, no!. Pequeña chillona, digo pequeña dondella”. Intervino Leche de Soja. “Tranquilizaos mi amiga Avena está un poco nerviosa. Comprended que nosotras aun siendo formidables para la salud, no se nos ha hecho caso a lo largo de la historia y nos sentimos marginadas”.

-      “¡Ah bueno, si es por eso… entonces dejo de gritar!”.

-      “Mientras vosotras estabais engrosando vuestras arcas y disfrutando de sabrosos placeres terrenales, nosotras permanecíamos en la más absoluta pobreza”.
Fotografía tomada en secreto de sus lechosas orgías.

Y prosiguió:

-      “Mientras vosotras cantabais alegres cancioncillas de inocente victoria y éxito, nosotras entonábamos tristes bluses de supervivencia y desespero…

¡La, lará, larota
aquí estamos nosotras
con cara de idiotas!”.

Y prosiguió aún más:

-      “Y mientras nosotras trabajábamos por dar lo mejor de nuestras propiedades beneficiosas para el organismo, vosotras aun siendo perjudiciales para la salud habéis sido aceptadas por toda la población sin discusión ni competencia”.

-      “¿Nosotras? ¿perjudiciales para la salud?. ¡Qué estáis diciendo, todo el mundo sabe que soy lo mejor que hay para los huesos y que acompañada de Galleta soy deliciosa e irresistible para los niños!”.

-      “¡Anda, la leche!. Dijo Avena a Soja disimuladamente. ¡Estas dos son lo que parecen: Engreídas y tontas!”.

-      “Si, eso parece pero no vayamos a meter la pata. Que no te oigan no sea que se pongan a gritar otra vez. Tengo el oido derecho destrozado, sus repelentes vocecitas son más chillonas que las de Gracita Morales en -Cómo está el servicio-”. (véase ejemplo de voz chillona en http://youtu.be/uUzI7Bwcq4I).

De modo que la inteligente Avena sacó del interior de su gabardina un enorme libro. Un sabio diccionario repleto de definiciones nada convencionales. El Diccionario Desmitificador de las Grandes Mentiras en la Alimentación. Un largo título para un grueso libro.


La sorpresa al ver aquel ejemplar puso algo nerviosas a las virginales amigas y Avena que ni siquiera conocía su existencia tomó inmediatamente la postura de aprendiz al igual que las demás:


-      “Vamos a ver… leche… leche… leche… ¡Ajajá!. ¡Aquí está!”. Exclamó Soja muy certera. “Leche: Dícese de aquel líquido blanquinoso robado de las urbes de las vacas con métodos antinaturales que sirve para engañar a los humanos a cerca de su salud y hacer que las grandes industrias ganaderas y distribuidoras ganen importantes ingresos. ¿Lo veis?”.

-      “Bueno pero eso no dice que yo sea mala, ni qué daño se supone que causo”. Contrastó Leche de Vaca.

-      “¡Claro!”. Dijo Galleta de Chocolate.

-      “¡Claro!”. Dijo Leche de Avena.


El encanto de Tetra era de tal magnitud que todo el que bajaba sus defensas se veía envuelto suavemente en sus palabras y su imagen. Emitía una luz que parecía tan real que hipnotizaba a todo aquel que se le acercase, como le estaba ocurriendo a Avena.


Pero Soja con un tesón interminable sacó fuerzas de donde pudo y continuó leyendo:


-      “La leche de vaca es ideal para proteger el sistema inmune de los bebés de las vacas pero no para los bebés de los humanos.

Según el estudio realizado en la Universidad de Harvard publicado en 1997 se desmiente la tesis de que el consumo de leche y derivados disminuye el riesgo de osteoporosis.

El proyecto Cornell Oxford en 1983 demostró que la leche de animal desmineraliza a los adultos.

El doctor William Ellis (ex presidente de la Academia de Osteopatía Aplicada) demostró en un estudio que las personas que toman 3 ó 4 vasos de leche al día presentan bajos niveles de calcio en sangre.

La relación calcio/fósforo de la leche no es adecuado para el ser humano, pues su contenido es demasiado alto en fósforo y su ingesta acidifica el organismo.

La caseína (proteína de la leche) se adhiere a los folículos linfáticos del intestino impidiendo la absorción de nutrientes.

Además se le relacionan varias enfermedades como: anemia ferrogénica, artritis reumatoidea, asma y cáncer de estómago, mama, ovarios, próstata, pulmón y testículos entre otras muchas”.


A lo que Avena maravillada por la información que se desprendía de aquel enorme libro, lo cual ya era más fuerte para ella que el encanto de Tetrabrick, exclamó acertadamente:

-      “¡Ahí va, cuanta información!. ¡ESTO ES LA LECHE!”.

-      “¡En efecto querida amiga. Eso mismo es la leche!”. Respondió Soja.

Con aquella instructiva lectura, Leche de Soja había agotado ya todos los cartuchos, pero estaba segura de que no necesitaría emplear ninguna otra estrategia de  ataque pues todo estaba más claro que nunca. Y dijo:

-      “¿Cómo se te ha quedado el cuerpo Blanquita?”.
Al oír todo aquello Tetrabrick de Leche de Vaca y Galleta de trocitos de Chocolate rompieron a llorar sintiéndose compungidas y afectadas. Así que, tal y como habían venido, juntas y de la mano, se fueron de allí corriendo rápidamente para desaparecer cuanto antes del lugar de los hechos.

Y satisfechas por su hazaña, contentas y victoriosas comenzaron a disfrutar de su pequeño gran triumfo:

-      “¡Ehhh, tened cuidado, no corráis tanto no sea que os metáis una leche!, ¡JA, JA, JA, JA, JA!,

    ¡La, lará, lariosa
    aquí estamos ansiosas
    de ser las más famosas!".

Inmediatamente cayeron en una grave depresión que les impidió salir de casa durante varios meses. Tiempo suficiente en que Soja, Avena y todas sus amigas vegetales supieron aprovechar para promocionarse por  ciudades y países de todo el mundo.

Soja tuvo mucho más éxito que el resto después de aquello, pues además fue la responsable de la publicación del ya conocido diccionario underground, aquel que delataba ferozmente a todos sus adversarios.

Los bebés de la ciudad, al ser conocedores de la noticia unieron sus fuerzas y se organizaron tomando la calle, y con pancartas y gritos de batalla asaltaron los Supermercados. Con sus poderes extraordinarios a base de rayos X destruyeron todos los tetrabricks de leche de animal uno a uno, sin dejar títere con cabeza.


Bebé en manifestación dispersando sus Rayos X
contra un tetrabrick de leche de vaca.


A Leche de Soja muy pronto le llovieron ofertas nada éticas como la de incluir soja transgénica en sus nuevos y atractivos envases a cambio de importantes sumas.

Las malas lenguas afirman que Soja sucumbió a este acuerdo falto de moral. Por lo que si esto es cierto, desde aquí recomiendo que si se consume leche de Soja se tome la de Cultivo Ecológico. Por si acaso.



HAY MUCHO MÁS QUE LEER A CERCA DE LA LECHE DE ANIMAL ¿TE ANIMAS?:

-      David Román: La leche que no has de beber